martes, 26 de julio de 2016

Quizás, quizás, quizás...

Quizás tengas un hogar lleno de carcajadas y llantos, donde eches de menos el silencio...
Quizás vivas entre paredes decoradas con garabatos y eches de menos lienzos en blanco donde dejar volar tu creatividad de antaño...
Quizás los cuentos infantiles colmen los rincones y eches de menos a la inspiración que ronda en tus anhelados ratos de escritura...
Quizás el orden de prioridades se desordena con la llegada de esos "locos bajitos" al hogar. Termina la soledad, aunque eso no te exime de sentirte sola estando acompañada.
Quizás esta lluvia de sentimientos contradictorios siempre vienen acompañados de un cielo nublado de culpa, que empaña tu ser...
Quizás la aventura de ser madre fue la decisión más bella de tu vida y quizás, también, te perdiste a ti misma en el encuentro con tus hijos... quizás, quizás, quizás...

- Mi reflexión de hoy -



domingo, 12 de junio de 2016

ENTERRADA EN VIDA: DE LA TUMBA AL ÚTERO.

Hace aproximadamente un mes caí en una crisis profundísima. Sentía que me había enterrado viva, literalmente. Mi mundo se había vuelto sofocante y diminuto, me sentía atrapada sin poder respirar, sin embargo, no estaba muerta. Aunque deseaba estarlo…

Una parte mía seguía viva, pulsando débilmente, enojada, frustrada, exhausta. Si cerraba los ojos, incluso con los ojos abiertos, me veía como una mujer muy vieja que parecía una mata de raíces finas; sucia, descomponiéndose, fea, arrugada, avergonzada, seca, arruinada, en una completa soledad llena de llantos desgarradores y gritos acusadores. Aparentemente me había enterrado viva en mis propios miedos, terrores, dolores y tristezas. Una vista nada agradable, por cierto. Sin embargo, no podía dejar de mirarla.

Pero si yo estaba enterrada viva, ¿de quién eran los ojos que me miraban?
Eran los ojos de esa Presencia amorosa, luminosa y silenciosa que siempre había sido mi consuelo; una presencia que siempre había sido bienvenida en mi corazón y del corazón hacia arriba, pero nunca por debajo del corazón. Parecía como que la parte humana separada de mí quería volverse digna de dicha Presencia ordenando, armonizando, sanando, arreglando, madurando antes de poder abrirse y presentarse ante Ella con el regalo de una ilusoria obra maestra humana.

Pero mi separado lado humano había sido vencido. Había fallado completamente. En crisis anteriores, siempre había habido algo más que probar, algo más que hacer, un último recurso; pero ahora no quedaba nada por probar, solo la clara certeza de que cualquier nueve intento que hiciera también fracasaría inevitablemente, brutalmente.

Así que, con lo que parecía ser el último aliento de un grito de angustia silenciado, mi aspecto humano separado, cruda y desnuda ante la Presencia Angelical que parecía haber descendido a través de las grietas en la tierra que estaba usando como la tapa de mi tumba, pronunció sus últimas palabras: “Hasta aquí llegué. Lo arruiné. Esto es todo lo que tengo. Fracasé. No lo logré. Esta experiencia encarnada fue más de lo que podía manejar. En mi defensa, diré que en todo momento hice lo mejor que supe. Intenté y probé todo lo que pude. No hubo nada mejor que supiera que podía hacer. Hice todo lo que se me ocurrió, todo lo que intuí, todo lo que se me modeló como lo “correcto”, todo lo que se me presentó como inevitable, y muchísimo más todavía. Este es mi punto final. Esto es en lo que me he convertido, y desde mi muy debilitado punto de vista merezco un abrazo reconfortante, merezco completa misericordia, merezco el perdón total. Así que me envuelvo en el amor que quede en mi frágil pulso, en lo que parece ser mi último aliento, y tranquilamente me entrego cual regalo a Ti”.

Creí que sería instantáneo. Esperaba que ese fuese el final, y también deseaba un desenlace con efectos especiales. En lugar de eso…

En lugar de eso, una vez que dejé de hablar, esta Presencia Angelical familiar tomó la vara de la palabra y respondió: “Permíteme expandir un poco esta tumba, lo suficiente como para darte algo de espacio, y permíteme activar algunos conductos de aire y de luz para que puedas respirar con mayor facilidad. Respiremos juntas, respira conmigo lo más profundamente que puedas, al ritmo que te sea cómodo. Simplemente respira y siente esta vertiente de AmorLuz líquido, permite que se sume a la dulce gota de amor sincero con el que acabas de envolverte. Permítete romperte y abrirte hasta ser una con esta tierra con la que te has cubierto. Siente la expansión al fundirte con ella, siente todos los nutrientes, todo el sostén, toda la vida en la que te conviertes instantáneamente al hacerte una con la tierra. Confía en que es tu semilla la que se abre, la que parece desintegrarse; lo que queda de ti sabe que hay una esencia individuada que no se disolverá. De hecho, tú eres esa esencia individuada, preciosa y hermosa”.

Durante algunos días, lo único que hicimos fue SER juntas en esta tumba que se alquemizó en un útero. El útero se expandió, lo suficiente como para ser cómodo, con rayos de AmorLuz líquida fluyendo desde arriba, y con el sostén cálido, suave y contenedor que emanaba del centro cristalino de la Tierra. Solo me alentaban a respirar profundamente y permitirme recibir el AmorLuz plenamente, sintiendo lo que hubiera que sentir, especialmente en mi propio útero y piernas. Hubo muchos temblores y respiraciones atravesando los temblores. Nada más que hacer. Ningún otro lugar adonde ir. Cuando surgían pensamientos y preocupaciones, eran invitados a flotar libremente dentro de esta matriz. Rápidamente sentí que las raíces humanas se reincorporaban y se acomodaban en una especie de silla mecedora; la Presencia Angelical se presentaba como la suave luz dorada que no solo llenaba el útero sino que además formaba el útero.

Los temblores dejan de asustarme. Los demonios se vuelven mis amigos. El Útero Iluminado da lugar a pensamientos más claros. Hay muchos aspectos míos oscuros y debilitados que estoy permitiendo ser aquí, apuesto a que también debe de haber otros aspectos míos confiados, fuertes, sabios y creativos flotando por aquí. ¿Dónde están? Y luego, con la simpleza de “pide y se te dará”, dichos aspectos empiezan a mostrarse, también sedientos del AmorLuz incondicional que los vuelve visibles y les devuelve el derecho a existir.

Desde este Útero Iluminado escribo. Débil y fuerte, bella y horrible, segura y víctima: todos mis aspectos flotan libremente aquí. He empezado a respirar con mayor facilidad. Mi cuerpo se abre para recibir a esta Presencia de AmorLuz, se sacude y se calma al permitirle correr por venas y arterias; el hipersensible útero humano en carne viva se permite ser amado y sanado; a las piernas casi paralizadas aún les cuesta entregarse, pero hacen lo mejor que pueden, y eso es suficiente. Destellos de lo que podría haber afuera me distraen, y rápidamente se suman a flotar con todos los demás pensamientos. ¿Cuánto más estaré aquí? Eso es irrelevante. Mi parte humana se ha entregado a esta Presencia Angelical y juntas, un nuevo Ser se prepara para emerger. Será pronto? Será en esta vida? Eso también es irrelevante. Por ahora “respirar, permitir, sentir” es mi única tarea, y al contrario de lo que mi aspecto humano creyó durante incontables vidas, no tengo que hacerlo sola…

Vitki Carolina

Fuente: diariodeldespertardeunaconciencia.blogspot.com


jueves, 15 de enero de 2015

SOMOS LO QUE NOS RODEA...

Dice Jim Rohn que "somos la media de las cinco personas con las que pasamos más tiempo en nuestro día a día". A fin de cuentas, quienes nos rodean, aquellos que forman parte de nuestros pensamientos, de nuestras emociones, con quienes más interactuamos cada día, conforman el reflejo externo del collage interno de cada persona. Imagínate, por tanto, cuan importante es el lazo madre-hijo y la forma en que dicho lazo es tejido ¿con hilos de amor o con hilos de miedo?.

Según legrancoach.com "Las personas que más crecen, que tienen una mentalidad abierta y mayor flexibilidad, son seres que están rodeados por mucho amor, personas que viven envueltas por almas que están en armonía con ellas, que las apoyan, que creen en lo que son, que las motivan a seguir creciendo y conforman su colchón de amor".

En el camino de la maternidad, los hijos se convierten en maestros de miel que nos despiertan el impulso de convertirnos en la mejor versión de nosotras mismas, tejiendo hilos que creen el "colchón de amor" que nuestros pequeños necesitan y que reconforten al niño interior que todo adulto mece dentro de su ser.

Ámate a ti mismo de la misma manera que deseas ser amado por los demás, arropa el alma de quienes te rodean con la misma delicadeza que cobijas a un pajarillo en tus manos... rodéate de lo que eres, sé lo que te rodea.

Ana Belén Ludeña




jueves, 28 de agosto de 2014

EN EL REMANSO DE TU ÚTERO...

En el remanso de tu útero se mece la flor de loto, se acuna la diosa, se gesta el renacer, se teje la vida, la luz ve amanecer.
En el remanso de tu útero se derrama el néctar rojo de la vida, la sangre que arraiga el alma, las raíces que se funde con Gaia.
En el remanso de tu útero el polvo de estrellas se encarna, porque en el remanso de tu útero se hace el amor mientras el amor nos hace. En el remanso de tu útero se nace.
En el remanso de tu útero la mujer se pare a sí misma... En el remanso de tu útero el hombre se transforma cuando reconoce a la diosa alada.
En el remanso de tu útero la Unidad es gestada.

Ana Belén Ludeña



viernes, 15 de agosto de 2014

VOLVER A CASA...

Quien te guía a Escuchar a ese niñito o niñita que llevas en brazos es tu Niño Interior. Lo olvidaste, pero sigue en ti.
Ahora tienes un bebé en brazos y con él la oportunidad de sanar a tu Niño Interior.
Comprenderás, lejos de juicios, que tus padres obraron contigo lo mejor que supieron en su momento. Seguramente guiados por los mismos pasos de sus propios padres...
Tu hijo te acercará a tus propios padres... Y a través de su Amor por los abuelos, tu también te permitirás hacer la paces con ellos.
Desde el Perdón a tus propios padres nacerá la paz en ti y después la paz de la Tierra y del Universo entero. La Paz volverá a tu Niño Interior y reescribirá la felicidad para el adulto o la adulta que ahora eres.
Desde esa Paz de Espíritu volverás a casa... A la casa que representa tu casa de la infancia, donde podrás comprender y abrazar a tu madre y a tu padre de aquellos años de tu vida.
"Volver a casa" también representa volver al lugar del cual procedes, a tu verdadero Origen divino y Sagrado.

Extracto "Pintará los soles en su camino" de Cristina Romero Miralles.

Ana Belén Ludeña


VIAJE DEL VIENTRE AL ALMA...

Cuando viajé del vientre al alma, pariendo me parí a mi misma, a una mujer nueva que no reconozco y, sin embargo, he conocido siempre... A una mujer que llora debilidades que la fortifican, a una mujer que cubre su cuerpo desfigurado pero desnuda su alma, a una mujer que grita en silencio y cuyos silencios hablan, a una mujer que se hiere hiriendo, que sangra. A una mujer que se cura amándose, siendo amada... A una mujer de cuerpo vacío sin vasija preñada, con niña en sus brazos, con niña en su alma que llena vacíos con sus fantasmas. A una mujer tan oscura y luminosa como la noche y el alba... A una mujer perdida y encontrada, a una mujer transparente con verdades de plata... A una mujer extraña que conocí eternamente y cuyo velo desgarra. A una mujer tan igual y tan distinta, que solo se reconoce en sus ojos si te pierdes en su mirada.

Ana Belén Ludeña



jueves, 7 de agosto de 2014

EL MÁGICO MOMENTO DE LA FECUNDACIÓN...

"En el instante de la fecundación tendrá lugar uno de los momentos más extraordinarios que encierra el secreto de la Creación. El óvulo y el espermatozoide corren hacia su encuentro pero, al mismo tiempo, proveniente de otro mundo, de otra dimensión, llega un tercer personaje a la cita: el Alma o principio consciente a punto de encarnar. ¡Qué tremenda energía debe desarrollarse en ese momento para que el alma se sienta inexorablemente atraída hacia ese punto sin poder sustraerse a su influjo!
La concepción actúa como electro-imán con una fuerza magnética irresistible. El alma no puede hacer nada para evitarlo. En el momento que el espermatozoide penetra la membrana del óvulo se reúnen las dos polaridades básicas del Universo: el yin y el yang. La energía que se pone en juego en ese momento debe ser algo así como un pequeño Big Bang.
Una paciente que vivenció ese instante lo describió como una explosión de luz. En ese momento se produce el anclaje de la energía espiritual en la nueva célula física. Cada célula va siendo rodeada por la energía que irradia el ser espiritual y, al mismo tiempo, esta energía se va anclando en cada una de esas células constituyendo así un nuevo punto de fijación..."

Extracto del el libro "La vida antes de nacer" del Dr. Jose Luis Cabouli.

Ana Belén Ludeña